Mi contador se paró en 1oo. Por suerte, no lo hizo mi corazón, aunque un vacío va lentamente apoderándose de mí.
Eras tú esa persona capaz de poner mi mundo en marcha cuando a mi no me quedaban fuerzas. Hemos reido, hemos llorado, hemos hablado a las mil de la noche y hemos no dormido. Nos hemos peleado, chillado y reconciliado.
Nos hemos entendido con una mirada y nos hemos resultado incomprensibles. Hemos caminado a la vez y andado por los dos cuando uno no podía.
Has sido la luz al final de un túnel interminable, el abrazo que me devolvía la vida y la indiferencia que me la quitaba.
Has sido todo sin poder ser nada y has sido nada pudiendo serlo todo.
Has sido llanto e ilusión, alegría y decepción. Has sido tanto...
Y no sé si es a mi cabeza, o tal vez a mi corazón, que le resulta incomprensible que esto acabe. Nunca la frase "nada es para siempre" habia hecho tanto daño.
La puta telepatía jamonera está escapando de mis manos y me invade una lúgubre apatía en su lugar. Algo que me impide respirar y me priva de seguir luchando.
Hoy no me quedan fuerzas para más. No tengo ganas de arrastrarme y me canso de llorar noche tras noche. Nunca estando tan cerca me habias resultado tan ausente.
Y quizás la vida lo quiere así. Que no seas más que unos años, una etapa de mi vida que alguien o algo me obliga a dejar atrás.
Que no seas más que un pasado, nada de futuros ni oportunidad de un presente.
Un capitulo en negrita en el libro de mi vida.
Sin embargo, hay algo que no encaja. Las palabras que ahora quedan huecas, el recuerdo de la amistad. De ser todo juntos y nada uno sin el otro. De "no sigo sin ti" y "he estado ciego demasiado tiempo". El querer llevar la contraria a "la distancia es el olvido", el no dejarnos arrastrar por el dolor que supone tu ausencia.
Piezas que no encajan es este nuevo puzzle pero si lo hacían en el anterior.
Y no sé que le pasa al mundo, si soy yo, o eres tú. Solo sé que esto es el principio del fin, y si tenía que acabar, habia mil formas mejores, sin roturas, sin fisuras ni soledad. Sin angustia de no volver a respirar.
Con dolor, pero buen sabor de boca.