4 meses más tarde me encuentro en un estado de semi-vegetal.
No sé qué quiero. No sé si te quiero. Me muevo por impulsos. Más que antes. Más que nunca.
Las cosas pasan a mi alrededor, no a través de mí.
Crezco y vivo porque sí. Me alimento de ilusiones. De sueños.
Me miro y veo que he sobrevivido. Mi vida no se ha derrumbado con tu ausencia. Aun respiro.
Se me han olvidado los días de reirme porque sí. Cierto es, que llevo unos días sonriéndole al mundo. Será porque soy rara y cuando salgo a la calle, la humedad me hace sentir viva.
4 meses más tarde me da por sentirme victimista. No, no estoy mejor sin ti. Pero tampoco estoy mal. Ahora ya no.
Tus aires ya no me desarman, y he aprendido a respirar en otra boca.
Y seguir adelante, por muy duros que hayan sido esos 4 meses.
ResponderEliminarMe gusta tu blog :)
Y que alivio caer en la cuenta de que todo puede ser maravilloso sin ÉL :)
ResponderEliminarbonito bloog, un abrazo.