La posesión a la que tiende el amor se experimenta mucho más intensamente a un mentro del objeto que agarrándolo. Es como un avión que, para despegar, arranca los motores y cuando están a tope y todo el fuselaje vibra, todo vibra y ¡zas! alza el vuelo. Así, delante de una persona querida, cuando se ama a una persona, la intensidad del amor es mucho mayor cuando te paras a un metro y todo vibra, y parece que todo en ti la quiere tomar; pero tú te detienes, no por detenerte, sino porque hay una adoración y un reconocimiento del significado del otro. (...) En ese momento quieres a lapersona cien mil veces más que si la agarras con ambas manos.
Hay formas valientes de amar.
ResponderEliminarBonita reflexión...
ResponderEliminarBuah, grande texto, pero mejor su meditación. Me siento muy identificada con él.
ResponderEliminarGreatJob
Un besitoo!
Tienes un blog muy bonito :)
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