Estoy perdiendo la cabeza.
Mi maleta está preparada para cerrarse, preparada para que la pongan una etiqueta con destino LND, y yo estoy aqui, fantaseando con unos baños del starbucks, con un lado oscuro.
En Navidad. Y con él.
En realidad la situación es graciosa. No me desagrada del todo.
Pero debería estar estresada, metiendo el cepillo de dientes en mi bolsa de aseo, revisando haber metido la suficiente ropa de abrigo.
Aunque sinceramente, prefiero esto, ni siquiera pienso que todas estas conversaciones vayan a saco roto. Y no, no insinuo que vaya a terminar en los baños de un starbucks.
Voy a echar de menos dormir hasta tarde, levantarme y ponerme la tele mientras me tomo mi cola cao :).. pero Londres me encanta. Y no podía haber encontrado mejor compañía. Bueno, tal vez sí, pero no puedo quejarme.
Así que aqui dejo la monotonía de Madrid, a pesar de que están siendo unas navidades diferentes. Me voy con mi reflex a fundirme la tarjeta haciendo fotos a todo aquello que pille.
A dejar allí mis ralladas, que se las lleve el viento, que se congelen con el frio.
Voy a volver con ganas de comerme el mundo, y de comerle a él (aunque esas ya las tengo).

Feliz Navidad!


p.D: tal vez sea verdad eso de que no es la Navidad la que me deprime, sino que soy yo que hago un mal balance. Aunque otro día no lo vea del mismo modo, hoy digo que después de todo no ha sido un mal año, ni mucho menos.