Qué dificil es encontrar las palabras adecuadas en una situación inesperada, en la que ni siquiera puedes dejarte llevar.
Luego, según dicen, en medio de la crisis nerviosa sucesiva, te brillan los ojos y estás más sonrojada de lo normal.
Puede ser.
Yo solo digo, que no me gusta nada el número 15, y ésto hay que solucionarlo!
súmale un milagro al 15 para que sea dieciséis, o réstale una pena para que sea catorce
ResponderEliminarO espérate al próximo 15. :-)
ResponderEliminarcierto cierto, yo suelo ponerme (desgraciadamente) roja como un tomate y en esos momentos odio el numero 14'5
ResponderEliminarun beso :)
es verdad suele pasar
ResponderEliminarme encanto tu blog un besazo wapa